domingo, 11 de julio de 2010

Sueños que atormentan


Las pesadillas son cuentos infantiles, al lado de la perversidad de algunos sueños. Auténticas bromas inocentes. Da igual que te persiga una multitud con intención de apalearte, unos cuantos zombies intenten devorarte vivo, o que estés cayendo sobre un foso lleno de jeringuillas infectadas. Te despiertas, generalmente sudoroso, y todo ha desaparecido. De hecho, te hacen alegrarte de estar despierto, y de que la realidad no sea así de negativa.
En cambio, algunos sueños…a pesar de la inocencia de la cual inicialmente parecen estar imbuidos, son auténticas torturas mentales. Personas con las que ya no tienes trato, o que aparentemente habían caído en el más absoluto olvido emocional, asoman la cabeza repentinamente, agitando los cimientos de tu plácido orden sentimental. Te despiertas, sin sobresaltos, y durante gran parte del resto del día, te vienen a la cabeza las imágenes y recuerdos, que te desconciertan. Además, cosas del señor Murphy, te conectas a Internet, y si aún tienes a esa persona en alguna red social o sistema de chat, estará conectada. Y te entra la tentación de querer contárselo. Pero lo piensas mejor, y te das cuenta de lo raro que sería, que sin tener nada de trato ya, le comentes que has soñado con ella, y que además ha sido un sueño ‘emotivo’. Porque si hubiera sido un sueño erótico, sería mucho menos violento, algo físico y vacío de contenido. Más siendo algo tierno y que te ha hecho sentir tan bien…pues…es algo que asusta profundamente.

martes, 6 de julio de 2010

Reintegración


-Mmm, de acuerdo, celda 007.
-Lleva días sin dar problemas. Una vez se toma la medicación, se sienta en el medio de la habitación, y se queda mirando a la nada, sonriendo.
-Bien, bien... Pasemos a la siguiente, celda 008.
-El sujeto de esta, no ha experimentado mejorías aún, de hecho, parece que hubiera empeorado desde que comenzó su estancia aquí. Esta mañana, mostraba síntomas de privación del sueño, y estaba escribiendo lo siguiente en la pared de su celda:

Brilla el astro rey,
Bajo su mirada impasible, los hijos bastardos del falso dios tiñen sus blancas pieles. Acariciando su vacía vanidad, sosteniendo el orbe de sus efímeros valores. Provocándose placer, ajenos a los grandes problemas.
Al otro lado de la faz de Gaia, la única y verdadera madre, sus hermanos buscan sombra, por pura y elemental supervivencia. Los niños allí portan paradojas visuales, en forma de abultados vientres. Son escoltados de forma permanente por insectos, heraldos de la dama mayúscula.
Vástagos del egoísmo, lloráis por causas vanas, mientras la dadora de vida se lamenta en silencio, por la ponzoña que hacemos fluir en sus venas.

-Entonces, habrá que poner más esfuerzo en ayudarle a ‘reintegrarse’.