jueves, 24 de junio de 2010

Criatura en la noche (Parte1)


La criatura se deslizaba por los callejones ágilmente, imparable, sin detenerse ni un instante. Tras varios minutos correteando se detuvo repentinamente. En una de las paredes, adornadas por las marcas de humedad, podía observarse un pequeño cartel, parcialmente despegado, y casi descolorido. Se trataba de una antigua propaganda medio-ambiental, cuyo eslogan rezaba “Mientras tu te paras a pensar, la tierra sigue girando”. Parpadeó, cogió aire ruidosamente y retomó su carrera.

Llegó a un callejón sin salida, que parecía hacer las veces de basurero, ya que en él se podían observar varios montículos de cosas viejas e inservibles, que habían sido abandonadas hace tiempo. Se detuvo bruscamente y miró a su alrededor frenéticamente. Se acercó a algo que brillaba ligeramente bajo la atenta mirada de una pequeña farola cubierta de suciedad, cogió el cilíndrico objeto con sus delicadas manos y lo elevó sobre su cabeza, después lo bajo a la altura de su boca, y lo inclinó ligeramente, a la vez que una extraña sustancia se precipitaba por su garganta. Aplastó el objeto con fuerza y lo tiró contra la pared, que se quejó con un pequeño ruido metálico. La criatura agitó su cabeza ligeramente y pego varios saltitos balanceándose de un pie a otro, después, durante unos pocos segundos, volvió a escudriñar los alrededores. Por fin pareció encontrar lo que buscaba, dio unos pocos pasos hacia atrás, cogiendo carrerilla, y corrió directo hacia una de las paredes laterales, para justo en el último momento saltar contra ella, y rebotar a la del lado contrario. Así fue ascendiendo, rebotando de un lado a otro, como una bola de pinball. Cuando alcanzó la parte superior del edificio se aferró con fuerza al borde y se encaramó como pudo al tejado.

Un sonido continuo que hacía rato que se escuchaba se agudizó repentinamente, y una fría brisa le asaltó, miro a su alrededor, absorto, y tembló ligeramente mientras se frotaba los brazos con las manos. Caminó lentamente hasta el borde posterior del tejado y miró hacia abajo. Un caudaloso río golpeaba las rocas contiguas a los edificios, en algunas zonas casi con dulzura, y en otras con extrema violencia, un extraño sonido pareció ir aumentando en volumen, justo cuando el observador se asomaba. El sonido parecía un torrente de quejidos lastimosos, e incluso de sollozos, pero al entremezclarse entre sí, y ser tan continuo, apenas podían diferenciarse las palabras.
La criatura continuó observando el río, casi hipnotizado, y bufó con fuerza, a la vez que comenzaba a frotarse las manos, las cuales parecían estar cambiando de forma, y cuyos dedos comenzaban a tomar una forma más alargada y puntiaguda. En pocos segundos las manos se habían tornado garras, y al frotarlas emitían un desagradable chirrido. Repentinamente se detuvo, acercó las garras al centro de su abdomen, y las clavó con fuerza. Tosió ruidosamente, y el sonido se vio acompañado de un torrente de sangre que se abría paso hacia fuera, manchando sus garras y derramándose sobre el río. En vez de detenerse, clavó aún más sus garras, y tiró de ellas hacia los laterales, abriendo un gran agujero en el centro de su torso, y casi instantáneamente, sus entrañas se precipitaron en llamas hacia las agua. Se estremeció y pareció atragantarse, a la vez que un montón de sangre brotaba de su boca, tosió un poco y se dejó caer hacia atrás, sobre la rojiza cama de escamas que cubría el tejado. Se quedó ahí inmóvil, jadeante, durante varios minutos.

Al fin se movió ligeramente, y palpó el agujero con sus manos, que habían vuelto a su forma original, a la vez que miraba de reojo. Juntó la piel intentando tapar el agujero, y comenzó a arrastrarse hacia el borde del tejado por donde había subido, pero una de las tejas, envejecida por el paso del tiempo, se quebró con su peso, y la criatura perdió el equilibrio, cayendo hacia el callejón.

Silencio... (continuará)

R.Elmaldito Dijo, el 31-10-08

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