jueves, 24 de junio de 2010

Estigmas Malditos


Le mira a los ojos, y se siente invadido por ese cosquilleo tan característico que precede al bienestar, da un paso hacia ella, posa las manos sobre su cintura, y la acerca hacía él lentamente, con delicadeza… RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR.

Se levanta de un salto, con los ojos entornados y la luz apagada, a pesar de la inmensa desorientación acierta a parar el tan irritante sonido. El peso del mundo cae de golpe sobre sus músculos y huesos. Sale de la cama, y va hacia el baño realizando complejos juicios de valor, sobre si quedarse durmiendo 1 hora más o no. Se baja los pantalones, se sienta en la taza, con la luz apagada y los ojos cerrados mientras los cálculos prosiguen frenéticamente. Hoy gana la disciplina.
Comenzando proceso de despertado. Se frota los ojos, enciende la luz, se lava las manos, se inclina sobre el lavabo, deja que las palmas de sus manos se cubran de agua… Se abre el telón.
Se mira fugazmente en el espejo, ‘No está tan mal…’, fuerza una media sonrisa, que se borra en pocos segundos, cuando las nubecillas que pasean ante los globos oculares comienzan a dispersarse tímidamente, y la luz empieza a rascar el atontamiento que cubre la realidad. Los estigmas se hacen visibles, los nuevos traen consigo sendas puñaladas a la autoestima, los viejos aun no se han ido. Le resultaba casi ofensivo, el hecho de que algo así le preocupase a él, el presunto rey del autocontrol y la frialdad.

Empieza a desnudarse, 2 sombras se materializan a su lado, una azul, que parece ondularse con una lentitud prodigiosa se deja caer sobre el bidé, y una roja, que vibra violentamente se queda de pie a su lado. Abre la boca lo suficiente como para que los nervios de las comisuras le recuerden el dolor, y las sombras se introducen dentro, como una bocanada de humo. Se baja los calzoncillos y entra en la ducha.
Al salir, mientras las gotas hacen carreras por su cuerpo, vuelve a mirarse al espejo, los estigmas parecen más furiosos que antes. Se lava la cara con un extraño jabón y se la seca realizando pequeñas presiones.
Enciende el ordenador, va a la cocina, y comienza a preparar el triste desayuno, solemnemente, el cual se compone por cosas tan apetecibles como té sólo (sin edulcorantes), galletas sin azúcar ni sal, fruta, un yogur Bio natural (sin azúcar) y entre 20 y 30 unidades de las ‘legendarias’ bayas de Goji. Se sienta en el sofá frente al ordenador, y comienza a comer en silencio, ‘hay que sacrificarse y tener disciplina para tener resultados’ piensa con una ligera mueca de asco.
Su cerebro empieza a procesar cientos de pensamientos mientras navega por Internet, y las sombras engullidas anteriormente comienzan a agitarse en su estómago, gritando cosas como ‘si realmente sirviera de algo…’, ‘¡Tanta disciplina y tanto renunciar a lo que te gusta, para nada!’,’Está claro que más vale ser afortunado, que esforzarse’. Entre ambas voces le parece escuchar una tercera, más aguda, y con un volumen mucho mejor. Esforzándose por centrar su atención en ella, pone una canción y dejando a un lado el continuo rumor que le envuelve, consigue diferenciar algunas palabras sueltas, ‘continúa…’,’resiste…’,’voluntad…’. Las otras voces enmudecen, saben que han perdido, al menos por ahora.
Mañana será otro día.

Keep on Rocking

R.Elmaldito Dijo, el 22-04-10

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